ENCUENTRO MISIONERO DE JÓVENES 2023

Noticias de la Misión Diocesana en Rocafuerte, Esmeraldas (Ecuador), que nos envía el Misionero jiennense Luís Fernando Criado Reca


Hemos vivido unos días hermosos esta semana pasada en la Iglesia de Esmeraldas. Hemos celebrado, como cada año, la semana de pastoral. En este encuentro nos reunimos catequistas, sacerdotes, guías de comunidad, religiosas, representantes de los diferentes movimientos eclesiales, jóvenes de diferentes grupos y parroquias, etc. El ambiente era festivo, muy alegre, ánimado por un grupo de personas que nos hacían cantar y movernos mucho. La temática este año ha rondado en torno a la familia y a la vida: “Evangelizadores de la familia y profetas de la vida” es el lema propuesto. En muy diferentes grupos hemos reflexionado sobre cómo actuar como iglesia en favor de la vida y de la familia en estos tiempos que corren y en estas circunstancias tan especiales que nos rodean.En Esmeraldas, la realidad de la familia está bastante afectada por la infidelidad, las separaciones, los abandonos, la irresponsabilidad, el alcoholismo y la droga, etc. A esta dura realidad se suman las amenazas a la vida que atacan desde el niño por nacer hasta el ambiente que respiramos y el agua envenenada de los ríos por la avaricia inconsciente de empresas mineras y de cultivos contaminantes. El sicariato nos invade y la vida humana baja de precio cada día, los asesinatos quedan impunes y la gente sencilla tiene miedo de hablar y reaccionar.En medio de esta dura realidad hemos podido celebrar y compartir y sentir la alegría de ser bendecidos por Dios a pesar de todo. Se sentía las ganas de conocerse entre los diferentes agentes de pastoral y el deseo de compartir experiencias. Al final de la semana hemos construido entre todos un manifiesto partiendo de una frase que cada uno debíamos completar en nuestro papel: “Como iglesia de Esmeraldas queremos ser...” Y allí han aparecido tantos anhelos que son las distintas caras del Reino de Dios y que, en estos días, con pequeños compromisos por parte de todos, nos comprometemos a seguir construyendo con la ayuda del Espíritu del Señor que jamás nos abandona. Las palabras de nuestro pastor nos dieron el empuje final para ser una iglesia abierta, acogedora, samaritana, del lado de los más pobres y sufridos de esta sociedad, llevando el amor del Señor Jesús encarnado en nuestras obras y palabras. Con la eucaristía se culminó esta semana, unidos por el mismo pan y por la palabra que nos salvan y que nos envían de nuevo a la misión con fuerzas renovadas.