
En una celebración íntima, rodeada de amigos y misioneros, Elísabeth recibió la bendición y la cruz misionera para ser heraldo del Evangelio entre uno de los pueblos más desfavorecidos de África. Ojalá la acompañen en esta tarea nuestra oraciones para que su servicio sea fecundo para esa Iglesia hermana.
Durante más de 2 años ha hecho un proceso de acompañamiento, formación y discernimiento que culmina una etapa para abrirse a otra, la que en breve se inicia en tierras del Congo "como mensajera
de salvación y de paz".